Hechizo de Jade - Cap 2 (parte 2) -
En otra parte de la gran mansión Helldaën, Shaëia esperaba cómodamente en su trono la visita de uno de sus más fieles espías.
Yaël, un drow de baja categoría pero con un inusitado talento para las armas y el espionaje se personaría dentro de poco. Un sirviente orco anunció su llegada. El joven, tras muchas visitas a la gran matrona de la séptima casa, andaba ya con más confianza. Entró con paso firme a la estancia, sus vestiduras pobres de un color grisáceo revelaban su rango, un mero soldado raso. De su cintura colgaban dos espadas, una larga y una corta. El emblema de la segunda casa de Sethmill quedaba oculto por un mechón de su larga cabellera plateada. Humilde ante todo Yaël, no dirigió en ningún momento sus ojos castaños hacía la madre matrona.
- ¿Has conseguido la información que te pedí?- la voz de Shaëia sonaba dulce, casi como un embrujo, Yaël estaba seguro de que lo era. Muchas matronas utilizaban embrujos para saber si se les mentía o para incitar a que se les dijese la verdad.
- No del todo mi señora – Yaël sabía perfectamente apañárselas, había sobrevivido hasta ahora siendo un mero peón y se debía a su astucia. Nunca mentiría a la matrona Shaëia, era demasiado peligroso, pero conocía el método para ocultar datos que le fueran provechosos.- Tuve algunos problemas, liquidé a un par de hombres de mi propia casa, y eso hizo que saltaran las alarmas. Lo camuflé como una simple pelea por ascender. Aún así, se que Riu, nuestro capitán, está furioso por la última derrota que le infligió vuestro hijo. Desea vengarse mi señora y puede que utilice a la alumna de Hannah como cebo. – Naturalmente no mencionó la naturaleza mestiza de la alumna, deseaba obtener información, tal vez pudiera obtener alguna ventaja dentro de su propia casa- Si quisierais yo….
- Hannah no es vulnerable y su alumna mucho menos.- dejó caer unas monedas de oro a sus pies y Yaël se arrodilló para recogerlas – espero mas noticias tuyas Yaël, nuestros tratos te llevaran arriba, mucho más de lo que puedas llegar, de ninguna otra forma…
El soldado salió de la habitación acompañado por el orco. Hannah sabía defenderse perfectamente pero Ellifain aun era una principiante y al ser solo una esclava a ojos de las demás casas, su muerte en combate no sería una afrenta lo suficiente poderosa para desencadenar una guerra. Por lo que ella era vulnerable y sus planes también. Ese estúpido de Yaël era incapaz de comprender lo que la mestiza significaba para su casa. ¿Lo sabría Riu? ¿Acaso la matrona Jazzmel, había averiguado la importancia de la mestiza y se servía de su primogénito para acabar con ella? Molesta por lo que aquello podía significar, llamo a Nush, su sacerdotisa de confianza.
- Habéis llamado mi señora – Nush arrodillada a la entrada de la sala, esperaba instrucciones.
- Necesito hablar con Hannah, debe proteger a Ellifain con su propia vida si es necesario.
- ¿Está ella en peligro?- la ambiciosa Nush deseaba el puesto de la matrona, pero sabía que la despreciable mestiza era importante para la supervivencia de la casa-
- Mis informadores me han comunicado el deseo de utilizarla como cebo para atacar a Hannah
- Comprendo… Avisaré a Hannah de que debe protegerla, además de adiestrarla. Sugeriría también darle la orden de tratarla realmente como una esclava, así nadie se dignaría a atacarla – Una sonrisa maliciosa asomaba al rechoncho rostro de la sacerdotisa. Odiaba a Ellifain, ella tenía todas las atenciones de una reina cuando solo era una mestiza, una despreciable criatura a la que una predicción había favorecido-
- Que así sea – Realmente la muchacha solo le importaba en la medida que sirviera a sus deseos, si dejando que Hannah la tratara como a una esclava, mantenía contenta a Nush esta tardaría en sublevarse contra ella.
Hannah recibió las instrucciones de la mismísima Nush. Había sido convocado a su cuarto poco después de la cena. Nunca le había gustado la obesa sacerdotisa, solía mirar a los hombres o con una mirada lasciva que hacía que se le revolviera el estómago o con absoluto desprecio. Mejor dicho, su mirada era una mezcla de ambas cosas. La encontró tumbada en la cama, que juraría se hundía bajo su peso. La habitación estaba desierta a excepción de un esclavo que limpiaba en un rincón. Notó como la sacerdotisa le recorría con la mirada, se acordó de Ellifain.
- Ven, acércate.- Una de sus rechonchas manos dio dos palmaditas al colchón sobre el que se encontraba recostada.
Intentando evitar mostrar el asco que la sacerdotisa le producía, Hannah se acercó a ella. De cerca podía ver como el vestido negro que la sacerdotisa llevaba se pegaba a su cuerpo a punto de estallar las costuras.
- Debes preguntarte porqué te he llamado- su voz melosa le ponía los pelos de punta- se trata de tu alumna. La matrona ha decidido que puedes tratarla como una verdadera esclava, de hecho debes hacerlo. Humíllala, pero continúa enseñándola. ¡Ah! se me olvidaba, debes protegerla, es posible que la tomen como un punto débil de nuestra casa y si muere… bueno digamos que no tendrás mucho tiempo para lamentar tu error.
- ¿eso es todo? - sin querer su tono había sido bastante brusco, la respuesta no se hizo esperar. El látigo de siete cabezas tan común y temido entre los drows se cernió sobre él. El dolor de la mordedura de las siete cabezas de serpiente le atenazó la espalda.
- ¡Cuida tu tono insolente varón! Retírate ahora mismo – un nuevo latigazo-
De vuelta a su dormitorio Hanna comenzó a dar vueltas. Ahora el tenía un dominio absoluto sobre la mestiza, pero debía protegerla. Bueno mientras se mantuvieran en el castillo sería una tarea fácil. Había desarrollado un plan de entrenamiento para que la muchacha aprendiera lo necesario sobre las armas en no más de nueve meses. Luego los dos se internarían en el mundo drow, realizarían expediciones de protección y se adentrarían en
Demasiado cansado para pensar en el futuro que le esperaba. Decidió dormir, al día siguiente seguiría entrenando a Ellifain y dada la nueva situación los entrenamientos serían mucho más duros. Debía conseguir que aguantara un combate para no tener que preocuparse constantemente por ella. Eso por no mencionar que ahora era realmente su esclava, y vería lo que es la verdadera vida de un inferior.